En Cast: A los "señoritos de ciudad" (esto me lo dedica mi mujer), siempres col estrés y sin tiempo a parar, nos llama la atención la tranquilidad y el sosiego de la aldea después de comer. Mientras bajan un poco el sol y el calor para seguir con las tareas agrícolas, el pueblo se aletarga y una siestita es obligatoria. Y no importa con quién, como si es tu mayor enemigo. La cosa está clara: "ya nos perseguiremos luego, más descansados y al fresco del atardecerín".
por dios que guapo ye eso!!!!
ResponderEliminar¿La semeya... o la siesta? je je je Encantau de saludate Manuel, un ababrazu
ResponderEliminarToño