martes, 11 de enero de 2011

Llavadora d´antañu


N´Ast: Una entrada qu´aportará alcordances a les nueses mas y, sobre tou, a les nueses güeles y nun precisamente bones. Güei, facer la colada, ye pocu más que pone-y deterxente y da-y al botón de la máquina de milenta programes. Decorando una casa, alcontramos esti preséu qu´amuésanos que nun siempres fuere tan fácil: había que dir al ríu o regatu más averáu, acuriosar la tabla, ponese de rodilles nel caxón rectangular (onde vese una escudiella que ná tien de ver col asuntu) y empecipiar a resfregar la ropa pieza por pieza. La llavandera de la casa más importante solía garrar el meyor sitiu y la de la menos, el peor, normalmente a la fin de la corriente, onde l´agua ya nun taría tan llimpia. Lo único qu´alliviaba un pocu la penosa xera yeren los cotilleos que se facíen; vamos, la prensa rosa la dómina. Tiempos duros pa muyeres dures. Una entrada triste pero cola qu´aprovechamos a dicir a güeles y mas cuantu les queremos.
En Cast: Una entrada que traerá recuerdos a nuestras madres y, sobre todo, a nuestras abuelas y no precisamente buenos. Hoy, hacer la colada, es poco más que ponerle el detergente y darle al botón de la máquina de los mil programas. Decorando una casa, encontramos este utensilio que nos demuestra que no siempre fue tan fácil: había que ir al río o reguero más próximo, colocar la tabla, ponerse de rodillas en el cajón rectangular (donde se ve un cuenco que nada tiene que ver con el asunto) y comenzar a restregar la ropa pieza por pieza. La lavandera de la casa más importante solía tener el mejor sitio y la de la menos, el peor, normalmente al final de la corriente, donde el agua ya no estaría tan limpia. Lo único que aliviaba un poco la dura tarea eran los cotilleos que se hacían; vamos, la prensa rosa de la época. Tiempos duros para mujeres duras. Una entrada triste pero con la que aprovechamos a decir a madres y abuelas cuanto las queremos.

4 comentarios:

  1. Me acuerdo de ir con mi madre al "lavaderu" con la tabla de lavar y para no ser menos que ella me acabó comprando una tabla pequeñita para que yo fuera a lavar también....¡¡me encantaba!!...claro que para mí era un juego no una obligación, porque en los días frios de invierno no debía ser nada agradable.
    Un saludo

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  2. Y suerte que nos toca vivir en otros tiempos (pa algunes coses¡¡).
    Gracies por pasavos por equí:
    Toño

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  3. Siempre encuentras cosas muy interesantes!

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