
En Cast: Como ya explicamos alguna vez, el ganado puede subirse a algunos puertos altos desde unas fechas concretas de primavera en las que se abren pero, para bajarlo, no suele haber día específico, si no que depende del agotamiento del pasto o la llegada del mal tiempo. Alguno espera tanto que lo pillan invernadas como la que vivimos y es cuando encontramos imágenes como la primera, el pastor llevando al rebaño de emergencia para el pueblo, donde es más fácil mantenerlo con la hierba que se secó en los prados de siega y con algo de “verde” (hierba recién segada y que no se seca) que se corta cuando vuelve a crecer el pasto. En este caso que vemos, el desplazamiento entre puerto y aldea es corto, por lo que no se hace parada intermedia; cuando es más largo, suele hacerse una estancia por una temporada en invernales a mitad de camino (en la imagen los de Vierru, Tielve), donde hay almacenado algo de comida seca que se saca de fincas próximas que pueden segarse en verano o bien pueden pastarse en esta época. Cuando se termina este recurso o las condiciones climáticas empeoran, se realiza la bajada definitiva al caserío, desde donde en la primavera se hará el mismo recorrido pero a la inversa. Un sistema centenario con óptimos resultados y al que para mi se asemeja el de campos de altura del montañismo himaláyico ¿copia de una tradición pastoril?