En Cast: Anteayer hablamos de cierres de piedra para las fincas y hoy toca hablar de cierres de piedra para las almas. En nuestro recorrido por Les Mariñes (Oles, Argüeru, Careñes, Castiellu...) descubrimos otro de sus secretos, la iglesia de Santolaya/Santa Eulalia de La Lloraza, se cree que del siglo XII, con todo su encanto del románico rural asturiano: sencillez ante todo, con una sola nave y cubierta de madera, ábside cuadrado y decoración reducida a la ventana de éste y las portadas y el arco toral pero, eso sí, digna de admirar. Podemos estar un buen rato dándole a la imaginación intentando entender lo que quería trasmitirnos este artista medieval en su lienzo pétreo. Pero ¡cuidado! no quedemos atrapados en estos muros de piedra, quedan cosas por disfrutar en el rincón entre la tierra y el mar que son Les Mariñes.
viernes, 27 de agosto de 2010
La Lloraza
En Cast: Anteayer hablamos de cierres de piedra para las fincas y hoy toca hablar de cierres de piedra para las almas. En nuestro recorrido por Les Mariñes (Oles, Argüeru, Careñes, Castiellu...) descubrimos otro de sus secretos, la iglesia de Santolaya/Santa Eulalia de La Lloraza, se cree que del siglo XII, con todo su encanto del románico rural asturiano: sencillez ante todo, con una sola nave y cubierta de madera, ábside cuadrado y decoración reducida a la ventana de éste y las portadas y el arco toral pero, eso sí, digna de admirar. Podemos estar un buen rato dándole a la imaginación intentando entender lo que quería trasmitirnos este artista medieval en su lienzo pétreo. Pero ¡cuidado! no quedemos atrapados en estos muros de piedra, quedan cosas por disfrutar en el rincón entre la tierra y el mar que son Les Mariñes.
miércoles, 25 de agosto de 2010
Los cierros de La Mariña
En Cast: Entre los lugares por lo que me gusta más perderme (literal) pedaleando está lo que en La Villa/Villaviciosa llamamos Les Mariñes: la rasa costera al oeste de La Ría. Motivos, hay muchos, pero, uno de los principales, son estos muros de piedra que me encantan y que cada vez, al igual que los cierres vegetales, son más escasos, sustituidos por la comodidad de vallas metálicas y alambradas. Al placer estético se une el saber que son más acogedores para la vida de animales como los pájaros o los reptiles, pasando por los insectos. Un valor etnográfico, paisajístico y biológico que hay que procurar mantener.
viernes, 20 de agosto de 2010
Dos ríos y un destín (II)



En Cast: Vamos con el segundo protagonista de nuestra historia. Éste pobrecito no tiene la suerte de nacer en un lugar salvaje como el Cares. El Deva nace en uno de los espacios más humanizados de los Picos de Europa, Fuente Dé, lo que lo convierte en la cloaca de la zona. La pobre xana que moraba en su fuente (en todas las fuentes mora una xana -ser mitológico asturiano- aunque algunos no lo quieran creer) se mudó para otro reguero cercano más pequeñito pero más limpio y de un nombre que lo dice todo (Deva= Diosa, río de la Diosa), gracias a mierdas varias (por ser suave, por los niños que nos miran, ¡hasta una rueda!), solo queda eso, el nombre. Para remate de su desgracia, pasa por uno de los valles más poblados del macizo, aunque quizás el más bonito. No obstante, ello no impide que, cuando la raza humana era solo un proyecto, este cauce lograra tallar en su camino al mar Cantábrico canales y desfiladeros de vértigo que no podemos dejar de admirar.
viernes, 13 de agosto de 2010
Dos ríos y un destín (I)
En Cast: Como si fuéramos el dr. Livingstone, buscamos el origen, las fuentes, de algunos ríos. El Nilo nos queda lejos y preferimos encontrar las de los ríos importantes para Asturias. Ésta es la historia de dos de los más conocidos, que terminan en el Cantábrico juntos de la manita su andadura. Empecemos por el más famoso, hasta diríamos que internacional: el Cares. Antes de cortar los Picos de Europa en dos, nace en un paraje hermoso, idílico, al pie de los picos Cebolleda y Gildar, en la Cordillera. Acostumbrados a la roca caliza, este mundo de granito no deja de impresionarnos con su color, en contraste con el verde de Freñana, la primera vega que atraviesa y a la que llegamos tras atravesar un bosque admirable y de cuento. Es un surgir tranquilo, pacífico, formando pozos y meandros que invitan a la contemplación... y a beber sus frecas aguas, aunque sea con un poco de trabajo. Cuesta imaginar que este inocente cauce sea capaz de forjar solo unos kilómetros más abajo uno de los espectáculos naturales más grandiosos que el ojo humano pueda ver.
viernes, 6 de agosto de 2010
La paciencia y el texu

En Cast: ¡Que sabia es la Naturaleza! Mientras nosotros estamos pensando en sol, playa o monte, Ella, despacín, poquito a poco, suavemente, está preparando la estación venidera. El tejo, árbol por excelencia de la cultura celta, lo demuestra claramente. Las hembras (este árbol es dióico: hay machos y hembras) empiezan a dejar ver sus frutos, verdes de momento, pero cogiendo un colorín rojo que será pleno cuando estén maduros en el otoño. Aunque parezcan bayas, incluso dándole nombre científico a la especie (Taxus baccata, del latín “bacca”= baya), no lo son realmente: son unas hojitas llamadas bracteas que se transforman en el envoltorio de la semilla y entonces se dice que son arilos. Por cierto, así como todas las partes del árbol son muy venenosas, estos arilos casi casi no lo son. Y como Natura es paciente y se toma su tiempo, una vez en el terreno tardan ¡de 2 a 3 años! en germinar. Está claro que en el mundo vegetal no existe el “stress”. A ver si aprendemos algo.
martes, 3 de agosto de 2010
Ríu y vida: Alfa y Omega
En Cast: “Nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar, que es el morir”, escribía en el siglo XV el gran poeta castellano Jorge Manrique. Aunque todos los cauces, desde el reguero de la aldea más recóndita al más caudaloso de un valle, son importantes, quizás el que mejor representa la vida de los asturianos sea el Nalón. Principio y fin: tras un nacimiento sencillo, 141 km. de recorrido atravesando ásperas montañas, verdes prados, negras industrias y fértiles vegas para morir con fuerza y bravura en el mar Cantábrico, no sin recoger antes las aguas del Narcea, en una simbólica unión del Occidente y el Oriente. Aguas que, por fortuna, van volviéndose, poco a poco, otra vez claras, para ir viendo pasar generaciones y generaciones de asturianos. La fuente La Nalona y San Esteban-L´Arena/La Arena, principio y fin, Alfa y Omega de un río-vida del Pueblo Ástur.
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