N´Ast: Nel iviernu aporta la calma a la Naturaleza y aprovechamos pa facer coses que n´otres dómines sedríen más enguedeyoses, como averase a estos truébanos, trobos, casellos o cubos, que ye la forma de nomar n´Asturies a estes vieyes colmenes artesanales. Lo primeramente llamativo ye nun tener que blincar nengún cortín; vamos, la muria que los ampara nel Occidente del ataque de los llambiones osos, ya que éstos, de momentu, nun los hai nel Oriente. Llueu, arreparamos nos materiales y, como siempres, constatamos l´empléu de los que tan más a mano: cabornios enteros o a peazos, al igual que tables ensuches, nestos dos caberos modelos xuníes les pieces con barru o dalgo asemeyao. De tapa, nomada calduya, una llábana, una cenciella tabla o unes teyes y, pa rematar, la puertina que paez de la casa´l Trasgu, mañosa pa mirar si los bozones toquen nel suelu porque ésta ye una de les torgues que tienen estes fechures: los fozones tienen d´afitase nunes vares fixes (fustes, crucetes o xueces) que nun dexen tantiar hasta donde algamen. Si abrimos la calduya y empecipiamos a esmelgar podemos atopanos con que les abeyes nun allargaren el reservoriu hasta´l fondo, dexando l´ensame ensin xinta, colo que finamos cola colonia. El bon abeyeru mira por enriba (pola calduya) y por baxu (pola puertina) pa calcular lo que pue sacar ensin peligru. Esta ye la ventaxa les colmenes modernes: colos cuadros móviles ye más fácil comprobar la cantidad de néctar y repartilo. Delles vegaes, anque fastidia dicilo, lo tradicional nun ye lo meyor...
En Cast: En el invierno llega la calma a la Naturaleza y aprovechamos para hacer cosas que en otras épocas serían más complicadas, como acercarse a estos “truébanos”, “trobos”, “casellos” o “cubos”, que es la forma de nombrar en Asturias a estas viejas colmenas artesanales. Lo que primero nos sorprende es no tener que saltar ningún “cortín”; vamos, el muro que los proteje en el Occidente del ataque de los golosos osos, ya que éstos, de momento, no los hay en el Oriente. Luego, observamos los materiales y, como siempre, constatamos la utilización de los que están más al alcance de la mano: troncos huecos (“cabornios”) enteros o en trozos, al igual que tablas secas, en estos dos últimos modelos unidas las partes con barro o algo semejante. De tapa, llamada “calduya”, una piedra lisa (“llábana”), una sencilla tabla o unas tejas y, como remate, la puertita que parece de la casa del Trasgu, apropiada para mirar si los panales ("bozones") llegan al suelo porque éste es uno de los problemas que tienen estas construcciones: las celdillas (“fozones”) tienen que sujetarse a unas varas fijas (“fustes”, “crucetes” o “xueces”) que no permiten tantear hasta donde alcanzan. Si abrimos la “calduya” y comenzamos a sacar cera y miel (“esmelgar”) podemos encontrarnos con que las abejas no alargaron la reserva hasta el fondo, dejando el enjambre sin alimento, con lo que terminamos con la colonia. El buen apicultor mira por arriba (por la “calduya”) y por abajo (por la puerta) para calcular lo que puede sacar sin peligro. Esta es la ventaja de las colmenas modernas: con los cuadros móviles es más fácil comprobar la cantidad de néctar y repartirlo. Algunas veces, aunque fastidia decirlo, lo tradicional no es lo mejor...
En Cast: En el invierno llega la calma a la Naturaleza y aprovechamos para hacer cosas que en otras épocas serían más complicadas, como acercarse a estos “truébanos”, “trobos”, “casellos” o “cubos”, que es la forma de nombrar en Asturias a estas viejas colmenas artesanales. Lo que primero nos sorprende es no tener que saltar ningún “cortín”; vamos, el muro que los proteje en el Occidente del ataque de los golosos osos, ya que éstos, de momento, no los hay en el Oriente. Luego, observamos los materiales y, como siempre, constatamos la utilización de los que están más al alcance de la mano: troncos huecos (“cabornios”) enteros o en trozos, al igual que tablas secas, en estos dos últimos modelos unidas las partes con barro o algo semejante. De tapa, llamada “calduya”, una piedra lisa (“llábana”), una sencilla tabla o unas tejas y, como remate, la puertita que parece de la casa del Trasgu, apropiada para mirar si los panales ("bozones") llegan al suelo porque éste es uno de los problemas que tienen estas construcciones: las celdillas (“fozones”) tienen que sujetarse a unas varas fijas (“fustes”, “crucetes” o “xueces”) que no permiten tantear hasta donde alcanzan. Si abrimos la “calduya” y comenzamos a sacar cera y miel (“esmelgar”) podemos encontrarnos con que las abejas no alargaron la reserva hasta el fondo, dejando el enjambre sin alimento, con lo que terminamos con la colonia. El buen apicultor mira por arriba (por la “calduya”) y por abajo (por la puerta) para calcular lo que puede sacar sin peligro. Esta es la ventaja de las colmenas modernas: con los cuadros móviles es más fácil comprobar la cantidad de néctar y repartirlo. Algunas veces, aunque fastidia decirlo, lo tradicional no es lo mejor...
4 comentarios:
Cuantu se aprende con el collaciu Toño...
Lo tradicional no siempre ye meyor, pero hay que conservalo.
Préstame ver estes coses en el monte. Mientres se sigan usando, no quedarán aparcaes en un museo, olvidaes y desconectaes del entornu.
Ricardo.
Pues eso ye lo guapo seguir viéndolo n´uso, vivo, non nun muséu, anque ye verdá que ciertes coses son complicaes. Y allégrome qu´aprendáis coses, Juanín, ye que tas como una oveya¡¡¡¡ je je je Un saludu y gracies pola visita collacios:
Jose
Pos a mi gustariame regalai al mi cuñau un truebano, porque empezl.esti añu con les.abeyes y tien colmenes de les de ahora, pero paezme algo buenu pa el el ver lo.de antes. A ver si encuentro algo perahi.
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