N´Ast: La playa La Griega ye conocía poles sos icnites (pataes de dinosaurio) y les perguapes vistes de Llastres y la so badía. Pero si güei apaez equí, ye por ser tamién un llugar metiorolóxicu destacáu: “cuando ruxe la mar en La Griega, tiendi la colada h.uera” ye un dichu popular de la fastera, que nun ye solu un discurrimientu simpáticu y valeru, si no que posiblemente tea una basa d´observancia sabia del réxime de vientos y cómo afecten éstos a la costa pola so orientación y esposición a unos o otros. El dí soleyeru, améstase al vientu que fae ruxir la mar y, la lluvia, al que nun la bate tantu por quedar amparada d´él polos cantiles. Esti fin de selmana que da cambéu de tiempu, los que viven al pie podrán comprobalo; los que tamos un pocu más lloñe, siguiremos teniendo que güeyar a l´home/muyer del tiempu na T.V.
En Cast: La playa de La Griega es conocida por sus icnitas (huellas de dinosaurio) y sus hermosas vistas de Llastres/Lastres y su bahía. Pero si hoy aparece aquí, es por ser también un lugar meteorológico destacado: “cuando ruxe (= ruge) la mar en La Griega, tiende la colada h.uera (= fuera, con “h” aspirada)” es un refrán popular de la zona, que no es solo una ocurrencia simpática y vacía, si no que posiblemente tenga una base de observación sabia del régimen de vientos y cómo afectan éstos a la costa por su orientación y exposición a unos u otros. El día soleado, se asocia al viento que hace rugir la mar y, la lluvia, al que no la bate tanto por quedar protegida de él por los acantilados. Este fin de semana que da cambio de tiempo, los que viven al pie podrán comprobarlo; los que estamos un poco más lejos, seguiremos teniendo que ver al hombre/mujer del tiempo en la T.V.
En Cast: La playa de La Griega es conocida por sus icnitas (huellas de dinosaurio) y sus hermosas vistas de Llastres/Lastres y su bahía. Pero si hoy aparece aquí, es por ser también un lugar meteorológico destacado: “cuando ruxe (= ruge) la mar en La Griega, tiende la colada h.uera (= fuera, con “h” aspirada)” es un refrán popular de la zona, que no es solo una ocurrencia simpática y vacía, si no que posiblemente tenga una base de observación sabia del régimen de vientos y cómo afectan éstos a la costa por su orientación y exposición a unos u otros. El día soleado, se asocia al viento que hace rugir la mar y, la lluvia, al que no la bate tanto por quedar protegida de él por los acantilados. Este fin de semana que da cambio de tiempo, los que viven al pie podrán comprobarlo; los que estamos un poco más lejos, seguiremos teniendo que ver al hombre/mujer del tiempo en la T.V.
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