N´Ast: Ya que falamos de los bebederos, nun podemos dexar escaecíos los llavaderos, porque ¡que guapo ye abrir la canilla y que salga l´agua! pero, fae unos añucos, la cosa nun yera tan fácil. Na dómina de nueses bisagüeles, güeles ya incluso madres, les cañeríes nun algamaben a la mayoría les cases y yera un duru trabayu trayer el llíquidu elementu necesariu pa les xeres doméstiques en cubos y baldes. ¡Y nun digamos ná de facer la colada!: pa eso yeren estes fechures...¡cuando les había!, si non, al ríu o regatu más averau directamente. Esta desagradecía y dura, durísima llabor, siempres cincó a les muyeres: como exemplu prácticu, nun pueblín de Picos d´Europa, alcontramos a esta neñina llavando la ropa la muñeca como-y entailó la so güela que facía ella nos sos años mozos. La caltenencia d´estos elementos arquitectónicos nun ye solu un asuntu de padremuñu etnográficu, tien de ser un homenaxe n´alcordanza de les muyeres asturianes d´antanu: elles, cola so entrega aselada y casi enxamás reconocía, agabitaron, tantu o más que los homes, a forxar l´Asturies que conocemos.
En Cast: Ya que hablamos de los bebederos, no podemos dejar olvidados los lavaderos, porque ¡que bonito es abrir el grifo y que salga agua! pero, hace unos añitos, la cosa no era tan fácil. En la época de nuestras bisabuelas, abuelas e incluso madres, las tuberías no llegaban a la mayoría de las casas y era un duro trabajo traer el líquido elemento necesario para las tareas domésticas en cubos y baldes. ¡Y no digamos nada de hacer la colada!: para eso eran estas construcciones...¡cuando las había!, si no, al río o reguero más próximo directamente. Esta desagradecida y dura, durísima labor, siempre correspondió a las mujeres: como ejemplo práctico, en un pueblín de Picos de Europa, encontramos a esta niñita lavando la ropa de su muñeca como le había contado su abuela que hacía ella en sus años mozos. La conservación de estos elementos arquitectónicos no es solo una cuestión de patrimonio etnográfico, tiene que ser un homenaje en memoria de las mujeres asturianas de antaño: ellas, con su entrega silenciosa y casi nunca reconocida, contribuyeron, tanto o más que los hombres, a forjar la asturias que conocemos.
En Cast: Ya que hablamos de los bebederos, no podemos dejar olvidados los lavaderos, porque ¡que bonito es abrir el grifo y que salga agua! pero, hace unos añitos, la cosa no era tan fácil. En la época de nuestras bisabuelas, abuelas e incluso madres, las tuberías no llegaban a la mayoría de las casas y era un duro trabajo traer el líquido elemento necesario para las tareas domésticas en cubos y baldes. ¡Y no digamos nada de hacer la colada!: para eso eran estas construcciones...¡cuando las había!, si no, al río o reguero más próximo directamente. Esta desagradecida y dura, durísima labor, siempre correspondió a las mujeres: como ejemplo práctico, en un pueblín de Picos de Europa, encontramos a esta niñita lavando la ropa de su muñeca como le había contado su abuela que hacía ella en sus años mozos. La conservación de estos elementos arquitectónicos no es solo una cuestión de patrimonio etnográfico, tiene que ser un homenaje en memoria de las mujeres asturianas de antaño: ellas, con su entrega silenciosa y casi nunca reconocida, contribuyeron, tanto o más que los hombres, a forjar la asturias que conocemos.
2 comentarios:
Nel mio pueblu llamense llavanderos y seguramente nun será nel únicu
Otra demostración más de la riqueza lexicu que tenemos nel País. Gracies pola aportación y la visita:
Toño
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